Las pseudoendotropias o pseudoestrabismos convergentes son bastante frecuentes. Generalmente se deben a epicantus o a telecantus.
El epicantus o pliegues prominentes del epicanto son pliegues cutáneos verticales bilaterales muy frecuentes que se extienden desde el párpado superior o inferior hacia el canto medial.
El telecantus es un aumento de la distancia entre los cantos nasales, debido a puente nasal plano y ancho o a distancia interpupilar pequeña por ojos muy juntos.
Aunque el reflejo luminoso está centrado en ambas pupilas, estas características contribuyen a una falsa apariencia de estrabismo convergente o endotropia. Se debe a que la familia juzga por las zonas blancas de esclera que se ven a los lados nasales de la córnea (que en estos casos no existen o son menores de lo que cabría esperar) y cree que el niño mete el ojo, en especial en las miradas laterales (el ojo se esconde en el repliegue o en la base de la nariz). Es especialmente notable en fotos.
Estos rasgos son muy frecuentes en la raza occidental y van desapareciendo con el crecimiento del niño: El puente nasal se hace más prominente, desplaza los pliegues epicánticos y el niño supera este aspecto. Sin embargo es aún más frecuente en la raza oriental y, aunque suele atenuarse la sensación de estrabismo, permanece en la edad adulta.
Las pseudoexotropias o pseudoestrabismos divergentes son muy poco frecuentes. Generalmente se deben a hipertelorismo (separación grande entre los ojos) o a descentramiento nasal del reflejo luminoso corneal por ángulos kappa positivos (la mayoría), ectopias maculares o fijaciones excéntricas.
Para hacer el diagnóstico de pseudoestrabismo, el oftalmólogo pediátrico examina con un punto luminoso si el reflejo de luz está centrado en ambos ojos y cae simétricamente en ambas pupilas; y con el cover alterno (oclusión alternante de uno y otro ojo) confirma esta condición.
En ocasiones, la sensación de estrabismo es tan grande que resulta difícil convencer a los padres de que su hijo no desvía.
Como hay casos de pseudoestrabismo que también tienen estrabismo, siempre debe explorar al niño un oftalmólogo pediátrico. Además, como estos niños pueden desarrollar más tarde un estrabismo, son necesarias valoraciones repetidas si no mejora la supuesta desviación.
El pseudoestrabismo no requiere tratamiento y, como se ha explicado anteriormente, su aspecto tiende a mejorar con el paso del tiempo. Rara vez se requiere cirugía por razones estéticas.