Existe un parpadeo excesivo cuando su frecuencia es mayor de lo habitual (con igual o mayor intensidad). Puede estar causado por alteraciones en los párpados o polo anterior de los ojos (conjuntivitis, erosión corneal, cuerpo extraño, etc.), ametropías, exotropias intermitentes o tics.
Un tic es un movimiento convulsivo, involuntario y sin causa aparente de uno o más grupos musculares. Puede producirse por estrés, cansancio o aburrimiento, afectar a uno o ambos párpados al mismo tiempo (generalmente a ambos) y asociarse a otros movimientos de cara, cabeza o cuello. Es más frecuente en niños que en niñas, con una edad media de 6 años en el momento de su aparición. Desaparecen sin tratamiento, recurriendo con frecuencia de forma intermitente.
Será el oftalmólogo pediátrico quien diagnostique la causa del exceso de parpadeo y prescriba el tratamiento adecuado.