- Hipermetrópico simple
- Miópico simple
- Hipermetrópico compuesto
- Miópico compuesto
- Mixto
Puede ser regular o irregular. El astigmatismo regular es aquel en el que los dos meridianos principales son perpendiculares entre sí. Es el más habitual y puede ser simple o compuesto. En el astigmatismo simple un eje enfoca sobre la retina y el otro por detrás (astigmatismo hipermetrópico simple) o por delante de la misma (astigmatismo miópico simple); por lo tanto, un meridiano es emétrope y el otro no. En el astigmatismo compuesto ningún eje enfoca sobre la retina; por lo tanto, ningún meridiano es emétrope: Cuando los dos ejes enfocan, uno más que otro, por detrás de la misma, es decir, ambos meridianos son hipermétropes (se asocia a hipermetropía) pero con distinta graduación, el astigmatismo es hipermetrópico compuesto. Cuando los dos ejes enfocan, uno más que otro, por delante de la retina, es decir, ambos meridianos son miopes (se asocia a miopía) pero con distinta graduación, el astigmatismo es miópico compuesto. Cuando un eje enfoca por detrás y otro por delante de la retina, es decir, un meridiano es hipermétrope y el otro es miope, el astigmatismo es mixto.
El astigmatismo irregular es aquel en el que los dos meridianos principales no son perpendiculares entre sí. Es más infrecuente y aparece sobre todo en caso de patología corneal (queratocono, secundario a lesiones, quemaduras o cicatrices corneales, queratoplastia, etc.).
El síntoma principal es la visión borrosa de los objetos cercanos y lejanos. En los astigmatismos bajos, en ocasiones, los niños pueden ser asintomáticos y tener buena visión al utilizar el esfuerzo de acomodación del cristalino. Sin embargo, este esfuerzo de acomodación prolongado puede provocar síntomas como cefaleas (dolor de cabeza), astenopía (cansancio relacionado con el esfuerzo visual), enrojecimiento o molestias oculares, etc. Si el astigmatismo es moderado o alto, el cristalino no puede compensar el defecto y se produce visión borrosa tanto de lejos como de cerca y ambliopía (u “ojo vago”). Como este defecto de refracción casi siempre se presenta asociado a hipermetropía o miopía, se superponen los síntomas a los de dichas ametropías.
Para detectarlo son importantes las revisiones oculares periódicas en la infancia. Algunos casos especiales o más complejos requieren pruebas especiales (topografía corneal, etc.).
El astigmatismo regular se trata mediante el uso de gafas con lentes cilíndricas (con diferente poder de convergencia en cada eje) que compensan el defecto permitiendo que los rayos de luz enfoquen en la retina. También puede tratarse mediante lentes de contacto tóricas o cirugía refractiva (cuando el paciente es mayor y quiere prescindir de la corrección óptica). El astigmatismo irregular difícilmente puede corregirse con el empleo de lentes.