La anestesia (general, local o tópica) es necesaria durante todo tipo de cirugía para eliminar el dolor.
En la cirugía de estrabismo en los niños generalmente se utiliza la anestesia general, ya que elimina tanto el dolor como la posibilidad de movimiento. La anestesia local (que sólo bloquea la sensación de los nervios del globo ocular y se realiza mediante la inyección de anestésico por detrás del ojo, en el espacio delimitado por los músculos oculares) y la anestesia tópica (que sólo adormece el ojo, mediante la instilación de gotas anestésicas sobre la superficie del mismo) no suelen ser apropiadas en la cirugía de los músculos oculares en los pacientes pediátricos. La cirugía de estrabismo normalmente requiere más de 30 minutos y, con frecuencia, mucho más tiempo. Es necesario que durante este tiempo el niño esté completamente quieto para poder realizarla con comodidad y seguridad, y así evitar complicaciones potencialmente graves que pueden resultar de movimientos repentinos e inesperados.
La anestesia general en los niños es muy segura, y generalmente se realiza en dos pasos: En primer lugar, se le administra un fármaco relajante en forma de gas a través de una mascarilla, que hace que el niño se quede dormido. En los niños mayores se puede evitar este paso. Posteriormente, se le coge una vía intravenosa (normalmente en el brazo).
Cuando el niño está dormido, el anestesista coloca una mascarilla laríngea en la tráquea que le permite controlar la respiración y mantener la anestesia durante la cirugía. Los agentes anestésicos administrados a través de dicha mascarilla o por vía intravenosa mantienen la anestesia. El anestesista tiene la formación y experiencia necesarias para decidir qué agentes son los mejores para cada niño y administrarlos de la manera más segura.
Aunque la cirugía de estrabismo es bastante habitual, los niños son supervisados exhaustivamente de forma ininterrumpida por el anestesista mientras están dormidos.
Una vez terminada la cirugía, se retira la mascarilla laríngea y se reanuda la respiración normal. El niño se traslada del quirófano a la sala de recuperación y, durante la hora siguiente, se despierta poco a poco. Durante este tiempo, recibe la atención del personal de la clínica, que monitorea su ritmo cardiaco, presión arterial y respiración; y los padres pueden estar con él antes de que se despierte completamente. En las horas siguientes, seguirá somnoliento y a veces de mal humor. En muy raras ocasiones puede presentar náuseas o vómitos, pues durante la anestesia se administran fármacos para evitarlos. Si presenta malestar o dolor leve, se le administran medicamentos adicionales. La vía intravenosa se suele retirar en el período de recuperación cuando el niño ya ingiere líquidos.
Habitualmente los niños abandonan la clínica 2-3 horas después de la cirugía; y la mayoría vuelven a muchas actividades normales al día siguiente.
Preparación para la cirugía de estrabismo:
Antes de la cirugía con anestesia general es necesario realizar un examen médico para asegurarse de que el niño está suficientemente sano para la anestesia.
El anestesista y el cirujano deben ser informados de todas las condiciones médicas y medicamentos que esté tomando el niño; así como de los problemas anestésicos serios (como fiebre alta) que hayan experimentado el niño o algún pariente consanguíneo, ya que algunos de estos raros problemas pueden ser hereditarios y se asocian a un mayor riesgo.
En los días que preceden al acto quirúrgico, se proporciona a los padres las instrucciones específicas sobre el ayuno antes de la cirugía: En general, el niño no debe comer ni beber (“ni siquiera agua”) durante las 5 horas previas al acto quirúrgico; ya que el estómago tiene que estar vacío para evitar posibles complicaciones durante la anestesia.
En dichos días previos a la cirugía, los padres deben explicar a los niños con edad suficiente para entender por qué van a ser sometidos a la cirugía. El personal de la clínica, también les explicará (de forma sencilla) cómo es la clínica y el quirófano, qué tienen que hacer y qué van a sentir. Habitualmente los niños van tranquilos y relajados al quirófano.
Riesgos de la anestesia:
Las complicaciones graves de la anestesia son excepcionalmente raras y se toman todas las precauciones para garantizar la seguridad de los niños mientras duermen.
Generalmente los niños sanos toleran perfectamente la anestesia. Sin embargo, la cirugía ocular debe posponerse, siempre que sea posible, cuando el niño está enfermo (especialmente con un cuadro febril).